Ayer vinieron a casa, Hugo Tipiani y tres alumnos suyo, para conversar y hacer una entrevista.
Hugo es del IPP y hace 25 años fue mi alumno. Que viniera con sus tres alumnos me llenó de alegría, porque esto para mí ha sido revivir los años pasados enseñando: años muy, muy felices.
Cuando se mira hacia atrás y uno se encuentra con la buena gente y los instantes buenos, sabe que hay un tesoro allí. Vuelve a escuchar las risas y a responder preguntas; otra vez es testigo de presentaciones memorables. Es como si una película compuesta de inolvidables escenas, pasara, en función privada, en el cine más cómodo que hay: la memoria.
Tal vez no me lo crean, pero guardo el recuerdo de nombres y apellidos. Es seguro que el tiempo ha hecho su trabajo y si los veo, puede que no los reconozca al instante; pero basta que me digan el nombre o me cuenten anécdotas, para que los engranajes del cerebro giren veloces y encuentren las imágenes. Tal vez no me lo crean, pero es así como funciono. Van en mi corazón hasta que algo los hace emerger y entonces revivo los instantes y sé que he sido muy feliz.
Enseñar ha sido una hermosa aventura donde –siempre lo digo- he recibido más de lo que pude dar.
¡Cómo olvidar esas primeras clases donde íbamos descubriendo las maravillas de crear y ensayábamos hacerlo con propuestas estrafalarias que hacían pensar! ¡Cómo olvidar el “Robotarium”, la “”Casita del Fantasma”, la “Coca-Cola Verde”, los “Animales Elásticos”, la “Orina Luminosa” y otras locuras más…! ¡Cómo olvidar el desconcierto, las risas, los afanes…! ¡Cómo no recordar campañas que hubieran podido presentarse a un cliente, de lo creativas y completas que eran! ¡Cómo no sentirse orgulloso de ver “crecerse” a los alumnos, verlos vencer sus timideces y espantar los miedos naturales para hacer un buen papel!
Ayer, todo eso volvió gracias a Hugo y sus alumnos. Les conté muchas cosas y anécdotas, pero hubiera querido tenerlos como alumnos y poder transmitirles el entusiasmo y el cariño que siento por esta profesión. ¡Gracias Hugo, gracias Stefany, Made y Frank porque han hecho que el timbre de salida de clases no se oyera!
¡Mil gracias IPP, Julio Romero y Alfredo Goitre, por darme la oportunidad de decir cosas y hacer eso que llaman “enseñar”!
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