Si lees esto y todavía no estás en la etapa de hacer tu tesis, te servirá de todas maneras para que des importancia a algo que muchas veces se deja de lado, por “falta de tiempo” o pura flojera.
Si has decidido hacerla, ¡felicitaciones! Estás dando un paso definitivo en tu carrera. El tipo de movimiento hacia adelante que requiere verdadero coraje. Has terminado de estudiar los años reglamentarios y hacer la tesis coronará esa etapa de formación. De pronto hace algunos años que concluiste y empezaste a trabajar e incluso lo haces ahora; permíteme decirte con respecto a eso, que admiro tu decisión: va a significar para ti más trabajo, pero a la vez te dará la enorme satisfacción de cumplir una meta.
Escribo esto, porque durante bastante tiempo dicté el curso del tema en el IPP. No la parte metodológica, que estaba a cargo de un profesor especialista en ello, sino el tema profesional. Total, soy un antiguo publicista que ha recorrido y visto lo suficiente como para opinar sobre lo que es una profesión que ejerzo desde hace más de 40 años. Esto puede ser visto como los comentarios de alguien que no está al día y habla del pasado. No es tan cierto.
Del pasado extraigo la experiencia necesaria para mantenerme al día, porque sé que en publicidad el que se queda o retrasa, pierde.
Hacer tu tesis es de suma importancia, porque te va a permitir revisar los conceptos que aprendiste al investigar sobre el tema que escojas y lo que concluyas, tu tesis, servirá para que otros puedan aprender más gracias a ti y te convertirás en un referente profesional. Pero eso es para los demás. A tus profesores les demostrarás que te enseñaron bien y que lo que prendiste, lo aplicas: sigue siendo para los demás. La tesis, tu tesis, es importante para ti, porque te demostrarás que sí puedes. Que eres capaz de abordar un tema profesional con hondura y seriedad: que eres un verdadero publicista.
Mi padre, que enseñaba en la Universidad de Ingeniería, tuvo como alumno a un primo mío, hijo de su hermana, que estudió ingeniería electrónica. Lucho, terminó la carrera y no hizo su tesis. Recuerdo a mi padre insistiéndole para que la hiciera, unos años después de acabar, cuando ya trabajaba; finalmente la hizo y sustentó con éxito. Me decía: “Gracias a mi tío Enrique y a su persistencia y terquedad, soy ingeniero electrónico titulado. No sabes cómo agradezco que insistiera tanto, durante tanto tiempo.”
Eso quisiera hacer: insistir como mi padre lo hizo con mi primo, para que hagas tu tesis. Para que los tuyos y todos tus amigos se sientan orgullosos de ti. Y tú te sientas orgullosamente profesional.
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