Hace poco hablamos de cómo las redes sociales están administrando o manejando sus plataformas como nuevo medio para la publicidad. Así que hoy hablaremos de algo que viene con ese paquete. Los influenciadores.
Para empezar, un influenciador es algo más que una persona con miles de followers en Twitter o Instagram. Es alguien a quien la gente que lo sigue lo ve como una persona confiable, creíble. Esto empezó con youtube, cuando las marcas comenzaron a pagar a los “youtubers” para que usen, mencionen o hagan reseñas de sus productos de modo que sea visto por los millones de seguidores que algunos llegan a tener.
La fama que estas personas han llegado a tener es increíble, siendo incluso consideradas celebridades. Tengan en cuenta que en premios como los Kids Choise Awards existen categorías como “Best Youtuber”. Esto abrió la puerta a que sean contactados por las marcas quienes les ofrecen desde productos gratis, viajes, incluso cientos de miles de dólares por anuncio.
Cuando trasladamos esto a redes como Instagram o Snapchat el efecto es el mismo. Personas con 100 mil seguidores son la ventana perfecta para promocionar algo. Muchas veces ni siquiera requieren mencionar la marca, solo basta con que aparezca en la foto y listo.
Lo curioso de esto, es que muchos de estas personas no pasan de los 25 años de edad, incluso hay un gran número que aún son menores de edad y ya tienen este gran “poder” en sus manos (literalmente).
El secreto para que este método de marketing tenga éxito se encuentra en dos factores. El primero, escoger la persona correcta para tu marca. El otro, aunque le duela a la agencia de publicidad o marketing, está en darles total libertad para decidir cómo anunciar el producto. Esto puede parecer riesgoso y dar miedo en un principio, pero hay que pensar que, si han logrado tal cantidad de seguidores y fidelidad por parte de ellos es porque han sido ellos mismos; y si les quitas eso, pierden el valor que realmente tienen como representantes de tu marca.
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