La memoria de los alumnos con respecto a lo dicho en algún curso, que implica un seguimiento en el próximo semestre, se borra como si la memoria fuese un USB. Es decir, que muchas veces cuando se hace referencia algo que se debería conocer, porque se trató antes, las miradas de interrogación y las manos levantadas que significan un “no entiendo, no lo hemos visto, no sé de lo que se habla” son mayoría. Lo que sucede es que los alumnos consideran que el curso anteriormente llevado, es cancelatorio. O sea que a olvidarse de lo visto o a ignorarlo. Es como si habiendo aprendido las 4 operaciones aritméticas quisiéramos pasar a quebrados y no usarlas. Lo que es la base de la profesión y sobre lo cual se construye, no se toma en cuenta, “no existe”.
A mí, personalmente me ha pasado escuchar las protestas en clase, porque hablé de algo que “nunca vimos” en el curso anterior de creatividad, cuando yo mismo lo dije. Inclusive, mostré un Powerpoint que había usado y aun así algunos negaban que lo hubiéramos visto.
La memoria puede ser frágil pero no tanto. Tal vez un Alzheimer prematuro, repentino y colectivo, del que la ciencia médica no tiene ni noticia, ataca.
No es posible que no consideremos que un curso, así esté dividido en varios semestres, tiene “compartimientos-estanco”, que duran un semestre. TODA la carrera de publicidad está entrelazada un semestre tras otro y los cursos, todos, mantienen su vigencia del principio al final.
No se trata, repito, de dar un examen semestral sobre “B” y si luego, en el mismo curso u otro cualquiera en el ciclo siguiente, preguntan algo sobre “B” neguemos conocerlo.
Desgraciadamente hay quienes no saben lo que deberían y no por culpa del profesor o el Instituto, sino por lo que llamaremos olvido, que en realidad se llama falta de atención u ociosidad.
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