La respuesta es no y si quieres terminas de leer aquí y será uno de mis textos más cortos: dos letras.
Si te animas a leer un poquito más, te contaré que en todo el tiempo que llevo ejerciendo la creatividad publicitaria y trabajando con ella y a su alrededor, nunca he creído que algo natural en el ser humano pueda enseñarse. En realidad no lo he creído nunca en mi vida desde que tengo uso de razón.
Somos una especie creativa y no determinada genéticamente. Lo he dicho muchas veces, sobre todo a lo largo de las clases que dictaba con el pomposo título de “Creatividad Publicitaria”. Digo que ahora el título me parece pomposo, aunque con el cambio de nombre a “Técnicas de creatividad publicitaria” mejoró en algo. Es que como ya mencioné la creatividad publicitaria (ni LA CREATIVIDAD, a secas) puede enseñarse, pero sí acceder al conocimiento de las técnicas que la facilitan, encauzan y desarrollan. En realidad, ahora que lo pienso el curso se hubiera llamado mejor (aunque largo): “Acercamientos a la creatividad y a la creatividad publicitaria” y allí, dedicar un capítulo a las técnicas. Claro, lo pienso
ahora después de haber desarrollado el tema desde 1985 como curso (empecé en el IPP, diseñándolo y dictando). Pero es que el tiempo me ha enseñado: aprendí a ser humilde y a mirar con un respeto rayano en la veneración a esa facultad que ha hecho que el hombre pase de habitar en los árboles a la aventura espacial, teniendo en el medio todo un desarrollo que es desconocido para otras especies sobre el planeta.
Lo que yo he venido haciendo es divulgando, mostrando las puertas y animando a que las abran y encuentren las maravillas que hay detrás. No he “creado” nada, porque sólo Dios crea (para los que creen en Él). Con las justas he “recreado” algo, porque siempre partí de un punto: Los seres humanos recreamos y siempre, siempre, necesitamos puntos de apoyo.
Todos, aunque lo neguemos, somos creativos y la creatividad publicitaria es tan solo creatividad dirigida. Negar que seamos creativos por lo general es fruto de la ociosidad o del miedo. Miedo a enfrentarse con algo desconocido y que hay que resolver.
Sobre el tema se puede escribir muchísimo, pero les recomiendo que lean “CREATIVIDAD” de Mihaly Csikszentmihalyi (¡complicadito el apellido!), de Editorial Paidós, Barcelona.
Siempre es bueno leer y como decía Isaac Newton, usando una frase de Bernardo de Chartres: “Si he logrado ver más lejos, ha sido porque he subido a hombros de gigantes”.
Dejar un comentario