Te debe pasar a menudo. Cada vez hay más reuniones que se disputan el tiempo. El tiempo que no sobra y piensas que mejor lo dedicas a crear. Te preguntas si son necesarias tantas reuniones, con tanta gente y sobre tantas cosas cuando lo que se espera, en teoría, es que tu cerebro produzca las ideas necesarias; que tal o cual campaña queden listas y que los comerciales fluyan bien…
“Las reuniones quitan tiempo”, piensas y tratas de evadirlas, pero si miras bien, las reuniones que son aprovechadas, son una fuente importantísima de datos y experiencias ajenas que no debes perderte.
Tú dirás que el brief existe para eso y sin embargo en cada reunión (recalco, productiva) las otras opiniones van a ir construyendo esa casa que se levanta poco a poco, de la que el brief es la base, los cimientos. Estoy plenamente seguro que cada reunión (insisto, productiva) te proporciona montones de ideas y extensiones a las tuyas propias; ideas que difícilmente te vendrían pensando “en solitario”.
Tal vez te extrañe mi insistencia sobre la productividad que deben de tener las reuniones… Es necesario que vayas preparado, que sepas la lección, que tengas las preguntas y que sepas oír. De otro modo, las reuniones se convierten en charlas de café, en puro chismorreo y el tiempo (que es escaso, finito e inelástico) se pierde y te cuento que pude comprobar que eso de “recuperar el tiempo”… ¡es un cuento!
Las reuniones, sí. Pero hay que sacarles el jugo, hasta la última gota: precisamente porque no tienes tiempo.
Dejar un comentario