¿Habías escuchado alguna vez sobre la publicidad comparativa? En muchas ocasiones podemos verla presente en diferentes campañas sin notarlo. La publicidad comparativa se refiere a las campañas, ya sean en internet, televisión, rotulación exterior, redes sociales, etc. En las que una marca contrasta sus servicios o productos con los de otra compañía en el intento de destacar sus puntos fuertes en comparación. Sin embargo, para que la publicidad comparativa sea lícita, no se deberá despreciar la otra marca, se debe buscar potenciar sus ventajas competitivas con respecto a la otra.
Este tipo de publicidad la suelen utilizar en su mayoría empresas grandes que tienen un gran competidor o un único competidor a la misma altura con características bastante similares. En casi todos los casos, las marcas recurren a la publicidad comparativa cuando después de muchos intentos de campañas publicitadas con el mismo mensaje de siempre «Nosotros somos la mejor marca que hay en el mercado que te ofrece cierto producto o servicio» no han notado ninguna clase de cambio o fidelización por parte de el público y por otro lado, la competencia se mantiene igual. Aquí es cuando las compañías se las ingenian y utilizan los recursos más potentes dentro del mundo del marketing y la publicidad como es la comparación.
Por otro lado, no podemos decir que en todos los casos se debe o puede empezar a utilizar la publicidad comparativa por el simple hecho de que la competencia esté cerca a la marca en cuestión. Cada uno de los casos son distintos, por ejemplo en el caso de Coca Cola y Pepsi, la rivalidad entre ellos ya viene de muchos años y hoy en día se le considera algo cómico, más no una comparación en la lucha de conseguir más público y clientes.
¿Cuándo está permitida?
Lo esencial para determinar cuando la publicidad comparativa está permitida (legal) o no es determinar si existe una comparación objetiva que lleve al consumidor distinguir las ventajas de un producto. Pero, al mismo tiempo no puede ser denigrante para el competidor, ya que en este caso la comparación ya no sería objetiva. Tampoco deberán engañar al público con promesas o características falsas ni mucho menos distorsionar la realidad. En caso de que una empresa llegara a engañar a sus clientes dentro de la publicidad comparativa, entrará en un caso de publicidad desleal.
Los tribunales de justicia han decretado que la publicidad comparativa es, inclusive hasta beneficiosa para los consumidores, ya que las marcas deben utilizar muchos recursos e investigar a fondo lo que buscan promocionar y gracias a esto, los usuarios tendrán un mejor conocimiento de todas las características de las ventajas del producto o servicio de forma real.
Casos reales
A continuación, te presentamos distintos ejemplos de casos de publicidad comparativa de diferentes marcas alrededor del mundo.
Ahora ya conoces más sobre la publicidad comparativa, sus características y qué hacer para utilizarla de manera correcta. Si te llamó la atención el mundo de la publicidad, te invitamos a conocer más sobre la carrera de Ciencias de la Publicidad que tenemos para ti en el IPP, ingresa aquí.
Dejar un comentario