No. Si tú que haces publicidad no crees en lo que dices ¿cómo crees que el público al que te diriges te va a creer?
Cuestión de credibilidad, que debe partir de tu convencimiento. Tu honesto convencimiento.
Es que esto es fundamental en publicidad. Tiene que ver directamente con la verdad, esa que tan devaluada anda.
La publicidad se basa en ella; tanto, que el lema de una de las más antiguas y prestigiosas agencias de publicidad del mundo dice “Truth Well Told”: “La Verdad Bien Dicha”.
Porque no importa como lo digas, lo que debes decir es eso, ya que creatividad no significa mentira.
La creatividad publicitaria TIENE que ir de la mano con la credibilidad. Un anuncio mentiroso de pronto engaña una vez a alguien, pero no vuelve a hacerlo. Que el público consumidor se vea engañado y no encuentre la satisfacción que el producto ofrecía, hace que no confíe más en él y que de ninguna manera repita la compra. Lo que es peor aún: un consumidor engañado servirá como amplificador y lo dirá a los cuatro vientos.
No podemos exagerar de tal manera que mintamos. A veces, el afán de impresionar a otros, puede que lleve a engañarse a uno mismo. Disculpa que incida en esto que parece trivial, pero es la base de nuestra profesión: la publicidad funciona porque le creen y lo que dice tiene que ser cierto.
A veces te vas a encontrar en la disyuntiva. Escoge la verdad. No te vas a arrepentir y lo que hagas en publicidad, si a la verdad le sumas tu talento, funcionará siempre.
Recuérdalo: Verdad+Talento= ÉXITO.
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