La frase tan usada, me parece insuficiente.
Es cierto que para competir lealmente se necesita que todos tengan el mismo nivel. Es que nos hemos acostumbrado a competir e incluso se dice que “lo importante no es ganar sino competir”, cuando en realidad se compite para ganar. Deberíamos estar acostumbrados a ganar.
Lo que creo que sucede es que necesitamos exigir el nivel más alto: el nivel de excelencia. Exigir y exigirnos.
Solemos quedarnos a la mitad de la escalada. Nos conformamos con subir un poco a mirar el paisaje y no queremos ir más allá, porque “eso cansa”.
¡Qué diferente sería nuestra profesión si todos alcanzaran las cotas más altas y ofrecieran siempre lo mejor. Que podamos superarnos a nosotros mismos, porque no hay nadie que lo pueda hacer.
Nivel de excelencia, aunque la excelencia no admita niveles; o se es o no se es excelente. No se puede ser “un poquito excelente” o “más excelente”. La excelencia no admite concesiones.
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