Los creativos publicitarios no son magos. No sacan conejos del sombrero ni hacen desaparecer o aparecer palomas de la manga.
Son simples personas como cualquiera, que tienen un cierto recorrido y un bagaje donde pueden encontrarse lecturas, estudios, experiencia y observación. Hay que desconfiar del que dispara ideas como una ametralladora sin apuntar a ningún sitio. Ser creativo publicitario no es solamente ser ingenioso u ocurrente. No lo es aquel que cuenta los mejores chistes y entretiene a la audiencia.
Cuántas veces habré oído aquello de “Tú, que eres creativo, a ver haz un slogan para “X”, o un comercial para “Y…” Se cree a veces que ser creativo publicitario es un hobby divertido y que “nace” con el individuo. Lo tremendo es que hay quienes desde el lado publicitario fomentan una imagen errada, simplemente porque les conviene. Tratan de hacerse ver como magos y les importa mucho que no se descubra la verdad, porque de esa manera sus fuegos artificiales distraen y entretienen. Lo malo es que son eso: ruido, luces y humo. Y nada más.
Un creativo publicitario no se reconoce por la vestimenta, el peinado o las poses. Es alguien que se va construyendo con esfuerzo, dedicación y esa pequeña dosis de humildad que le impide reconocer lo que hace como magia.
Manolo Echegaray.
21.1.2015.
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