Hay muchas cosas que a primera vista, se escapan. A veces puntos que resultan decisivos pasan sin que nos demos cuenta y reparamos en ellos cuando ya no hay remedio. La “lectura entre líneas” requiere de un entrenamiento constante para desarrollar habilidades que permitan hacerlo y ver siempre más allá de lo aparente. Esto es sumamente importante en una profesión como la nuestra, donde lo que parece muchas veces no es y lo que no es obvio hay que tenerlo en cuenta.
Tomemos como ejemplo la información cuantitativa y la cualitativa: la primera habla de cantidades que nos pueden llevar a conclusiones que sólo la información cualitativa nos explica. “Todos” consumen “X” dicen alborozadas las encuestas. Pero ¿lo hacen “todos” por las mismas razones?
Si se realizan (como debiera ser), focus groups, vamos a encontrar muchas opciones y sabiendo leer lo que nos dicen, encontraremos argumentos que nos den contenido.
En este caso, específicamente, hallaremos razones de consumo, que pueden ser usadas en la formulación de una campaña, de un aviso, o de un comercial.
Tenemos que aprender a ver lo oculto; eso que está implícito pero se esconde. Eso que “forma parte del paisaje”, que a veces está ahí y no se ve.
No se trata de magia ni de suerte sino de una revisión constante que puede parecer tediosa, pero que es la manera de descubrir lo que “no existe” para otros y lograr algo diferente.
Tengamos un poquito de paciencia y miremos más veces, hasta ver lo distinto. No es sencillo pero viene con premio: el premio de tener lo que les falta a otros. A un producto de la competencia, por ejemplo.
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