Esta es una “verdad verdadera” que rutinariamente constatamos en el funcionamiento del mercado.
Las marcas bien publicitadas son preferidas generalmente por los consumidores y así nuestro trabajo logra su objetivo.
La publicidad es una fuerza que mueve a la economía.
Sin embargo, a veces tenemos la oportunidad de comprobar más puntualmente el funcionamiento de la publicidad, cuando vemos campañas que promueven no productos, sino acciones o aquellas que son posibles gracias a la publicidad.
Me explico: todos hemos visto campañas publicitarias para la Liga de Lucha Contra el Cáncer; acerca de lo conveniente de lavarnos las manos; para educarnos como ciudadanos y evitar los accidentes de tránsito; la recordada campaña para no manejar bebido; así, podría mencionar muchas más y estoy seguro que me quedaría corto, donde la publicidad cumple un rol eminentemente social.
Lo otro es el involucramiento de marcas, gracias a acciones específicas de estas que son en sí publicidad.
Como el panel que produce agua, mundialmente premiado y que constituye un perfecto ejemplo de compromiso empresarial – social.
La publicidad no es solo hacer comerciales de gaseosas o champú de marcas diferentes, lo que está bien, pero no es lo único. Tenemos en las manos algo verdaderamente potente, que puede contribuir al cambio. ¡Usémoslo!
No solo nos sentiremos bien, sino que sabremos ciertamente que hacemos El Bien.
Manolo Echegaray.
5.2.2015.
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