La industria de la moda es un negocio lleno de oportunidades y desafíos debido a su constante reinvención. La moda es uno de los sectores con mayor manufactura en el mundo. Esta industria es sumamente grande y crea una infinidad de opciones de desarrollo, está compuesta por diseñadores, productores textiles, modelos, comerciantes y consumidores que tienen como único elemento en común cualquier producto de uso personal: prendas de vestir, calzado o complemento.
La moda es un fenómeno social. La relevancia que se le da a la vestimenta como representación de un segmento socio cultural y su vez, diferenciación de otro, hace que la industria de la moda sea cambiante, no dé nada por seguro y se incremente la competitividad en el sector. Por ello, existen compañías de consultoría de tendencia, las cuales envían a sus colaboradores alrededor del mundo para capturar la esencia de una sociedad en particular, para luego, transformarla en una moda global, indicando que son ideas inspiradas en la identidad de alguna cultura.
Uno de los más grandes retos en este negocio es la originalidad, seguido de la asertividad en la producción de estos artículos. No basta con que una pieza sea novedosa, esta debe representar algo para el consumidor, por ello es importante prestar atención a los detalles, conocer las preferencias, necesidades y exigencias del público. Una vez escalados estos dos primeros peldaños, empieza a mostrarse una escalera de oportunidades, es entonces cuando se debe explotar la constancia y las estrategias comerciales para continuar siendo tendencia.
La industria de la moda se divide en dos grandes sectores: la alta costura y el elegante – informal. Este último presenta mayor demanda y cuenta con una principal ventaja en el mercado, la gran variedad de nichos en los que se puede desarrollar un emprendimiento. La industria, junto con la sociedad, ha destinado un atuendo particular para cada espacio y tiempo, cada rol y función; sesgando aún más al público consumidor y su indumentaria.
Un desafío para la industria de la moda ha sido la comercialización online, el clásico proceso de comercialización se ha visto desplazado por un breve clic. Convertir a una pieza más atractiva a través de una pantalla no ha sido tarea fácil para muchos, sin embargo, el nuevo modelo de difusión ha sido una ventaja para los nuevos emprendimientos.
La digitalización en la que vivimos juega un rol decisivo en la industria, los compradores actuales ya no se guían de marcas, sino de figuras públicas, personajes que a través de sus estilos de vestir generan controversia y admiración, pasando a convertirse en tendencia; por ende, el público busca recrear el aspecto visual de un personaje. Por ello, muchas empresas del sector optan por contratar como modelos a estos personajes.
Otro de los retos latentes dentro de la industria de la moda es el convertirse en un negocio sustentable y sostenible, la población actual exige que la industria reduzca su impacto ambiental y que sus productos no sean resultado de explotación laboral dentro de países en vía de desarrollo.
Donde algunas compañías de la industria ven problemas, como es el caso de la moda de alta costura, otros ven oportunidades. Existen muchas empresas que han iniciado con producciones en base a elementos reciclados como Prada, Zara, Adidas, O’Neill. Otra oportunidad en el mundo de la moda, creada por esta exigencia social, son los famosos bazares; reutilizar una prenda en buen estado recreando “moda vintage” es una de las opciones de moda sostenible.
La moda es un negocio altamente rentable porque parte de una necesidad básica, la vestimenta. Esta industria genera anualmente más de tres billones de dólares americanos. Una marca puede alcanzar una ganancia de más del 50% de su inversión desarrollando una correcta estrategia comercial y brindando un producto de calidad, basado en las nuevas demandas del público.
La industria de la moda en Perú representa el 27% de la economía nacional, detrás de cada pieza que llevamos puesta existe una fuente de trabajo, un impuesto; en conjunto esta actividad comercial promueve el desarrollo del país. La moda aporta mucho económicamente tanto a quienes se atreven a emprender en ella, como a su equipo laboral y también al país, sin contar con la opción de exportar.
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