En la actualidad, vivimos en una sociedad basada en el consumo, donde la vida lleva un ritmo en muchas ocasiones más acelerados de lo que nos gustaría a la mayoría. Dentro de toda este estilo de vida, ¿encontramos el momento y le damos el tiempo debido a reflexionar sobre los pequeños detalles de la vida? o, en este caso ¿la procedencia de la ropa o zapatos que compramos a diario?
Pero, ¿qué implica el fast fashion? lamentablemente, el fast fashion está haciendo de la industria de la moda algo insostenible. A continuación, te contaremos un poco más sobre el tema y porque es necesario un cambio.
Más compras, menos uso
«Compra más, usa menos» podría ser la definición ideal a lo que implica el verdadero concepto del fast fashion: moda producida en masa para un público masivo. Por esto, la industria textil se ha convertido en una de las mas contaminantes del planeta y, hoy en día ya no podemos continuar así ya que, estamos en una carrera contra el reloj y el cambio climático. La moda es la cuarta industria más representativa a nivel mundial, por eso el futuro de la moda deberá orientarse por un camino sostenible.
Debido al gran volumen de comercialización de la industria, la misma supone una gran cadena, donde es nuestra responsabilidad cuidar cada uno de los eslabones o procesos y que cada uno de ellos tenga el menor impacto ambiental y social posible. La conocemos como fast fashion a la forma de consumo que supone la creación de colecciones de temporadas de moda diseñadas y producidas a un ritmo acelerado y de bajo coste, para un consumo bastante acelerado. Logrando que los consumidores puedan adquirir las últimas tendencias y a un buen precio.
Las consecuencias del fast fashion
Tanto la industria textil como el fast fashion han revolucionado por completo al consumidor, reduciendo la vida útil de una prenda: hoy en día el uso medio de un artículo textil antes de deshacernos de él es de un aproximado de siete veces ¿muy poco, verdad? Te dejamos un dato para que analices la situación desde tu punto de vista: en los últimos 20 años el consumo de ropa en el mundo ha aumentado en un 400%.
Sin embargo, por muchos años las consecuencias de la industria parecían invisibles, pero con el pasar del tiempo la sociedad se ha vuelto más responsable y consciente de la situación medioambiental que estamos viviendo a nivel mundial. Es momento de dejar de mirar a un lado y tomar cartas en el asunto. Entre los problemas que deriva la industria se encuentran: las emisiones a la atmósfera de las fábricas, el uso de productos químicos vertidos en los ríos o océanos y el uso masivo de agua potable.
Un problema medioambiental y social
Lamentablemente, el tema no queda en el ámbito medioambiental, sino que también surgen preocupaciones de índole social y laboral, como los abusos a la mano de obra. Te recomendamos el documental «The True Cost», que explora los prejuicios del fast fashion , revela que en el mundo hay más de 40 millones de obreros textil, de los cuales el 85% son mujeres, muchas de ellas menores de edad, ganando un par de dólares al día y bajo condiciones de trabajo inhumanas.
Es responsabilidad de cada uno de nosotros conocer la procedencia de nuestras prendas y a la vez ser responsables con el medio ambiente, no es necesario comprarnos prendas de vestir cada vez que salgamos a un centro comercial. Tenemos sólo un planeta tierra, cuidémoslo.
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