Es lo que todo comercial debería ser: creíble.
La publicidad no puede ser vista como un “cuento” o un “engañabobos”, por eso la necesidad de que lo que veamos sea verosímil. Es verdad que si se trata de ofrecer fantasía será fantasioso el comercial, pero no podemos forzar a que se crea algo que es increíble. Aunque esto suene a juego de palabras, en el tiempo que vengo viendo comerciales publicitarios (que es bastante largo), la experiencia me dice que algo que no apele a la realidad y solo lo haga a la fantasía, deja frío al espectador, a no ser que la propuesta sea esa: la “magia”.
La publicidad es una especie de fotografía que refleja lo que está sucediendo. No sirve si se va por las ramas y el espectador no la entiende. Repito que no trato aquí de ensalzar la chatura o la falta de creatividad en los spots, pero creo que necesitan que “conectemos” con ellos.
Comerciales “posibles” o “creíbles”: son comerciales buenos.
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