Tienes idea pero aún no lo sabes, pues todo director de cine, desde los más famosos como Steven Spilberg o Stanley Kubrick y hasta los que menos, han realizado un cortometraje. Para muchos cineastas, los cortos solo son pasos previos que deben dar antes de realizar un largometraje y mediante los cuales aprenden a curtirse en el mundillo, pero se equivocan.
Los pocos personajes, los limitados ambientes, el carente presupuesto e incluso la menguada producción de un cortometraje deja a los espectadores pocos satisfechos, muchas de las veces con la sensación de un final abierto y con las expectativas de más en el desarrollo.
Sin embargo, los cortos son cortos y los largos son largos. Los cortos cuentan con sus propias reglas y su propio ritmo. El cineasta Nash Edgerton demuestra en su cortometraje Spider que ni el corto tiempo, ni los pocos personajes, ni todo aquello mencionado antes son un limitante en los formatos cortos.
Spider es un cortometraje de comedia negra que, con tan solo nueve minutos de duración, dos personajes principales, tres ambientes y una línea de tiempo, te puede quitar el aliento. La impresión de ser algo sencillo, muy simple es justo lo que permite que la esencia del mensaje se desnude.
Si el cine consigue que un individuo olvide por dos segundos que ha estacionado mal el auto, no ha pagado el recibo del gas o ha tenido una discusión con su jefe, entonces el cine ha alcanzado su objetivo -Billy Wilder-
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