Esto tiene que ver con la publicidad y con todo.
Los limeños usamos los diminutivos para cualquier cosa y los peruanos en general tenemos una idea del tiempo muy particular; no en vano la nefasta “hora peruana” es tan famosa.
En el primer caso, parece que todo fuera disminuido, para nosotros los limeños. Un afán de parecer cariñosos nos hace empequeñecerlo todo. No podemos comer una empanada sino una “empanadita”; sale “solcito”, vivimos en una “callecita” y nos tomamos una “vacacioncita”. Hace mucho tiempo, una redactora que tuve a mi cargo en una agencia publicitaria, escribía con “ito” todo lo que podía y tenía la costumbre de hacer “versitos” cuando redactaba, como ella misma decía. Me costó mucho que se corrigiera y no entendía por qué rechazaba sus diminutivos y versificaciones si eran tan bonitos. No hay que olvidar que escribimos para todo el Perú, por lo general y hay que desterrar localismos y modos particulares de nuestros productos, que no ayuden a la comprensión.
Lo otro, es que la hora es la hora y especialmente en publicidad. Estar a tiempo es una condición para trabajar en ella. Desde las citas con clientes, medios y proveedores, hasta las fechas de entrega. El “espérate” debe desaparecer.
No tratemos de minimizar nuestra falta, ofreciendo que “ahorita lo hago”.
Dejar un comentario