En publicidad ambos son importantes.
Los movimientos que se necesitan para que un aviso o un comercial lleguen al público, son muchos y deben ser cumplidos ordenadamente. No es esto un gran descubrimiento, pero sin ideas no se produce nada. Y se hablamos de tiempo, esto es totalmente necesario para que cada “movimiento” se realice correctamente. Hacer las cosas “a las apuradas” no trae nada bueno, sino lo mediocridad de lo inacabado.
Se necesita calcular el tiempo que cada paso necesita y agregar un plus de protección. Lo que parecería lógico, muchas veces no es lo más usual, porque nos suelen pedir el trabajo “para ayer”, sin pensar que hay que pensar para poder cumplir bien.
La velocidad no quiere decir que se salten, eliminándolos, pasos necesarios. La velocidad no implica descuido de las etapas necesarias. Un texto, un boceto, la realización de un comercial, la estructuración de un plan de medios, tienen un tiempo mínimo. No podemos forzarlos porque saldrán mal. Cada movimiento requiere de un tiempo.
Esto no supone eternizarse, por supuesto, pero tampoco abdicar de la calidad. Creo.
Manolo Echegaray.
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