Nunca deseches un dato o pienses que es totalmente intrascendente. Ese dato es información que puede ser la base de toda una campaña o completar el rompecabezas en que se convirtió el asunto.
Nos acostumbramos a no mirar sino lo que nos interesa y no paramos mientes en lo demás. Así, mucho de lo importante se va por el desagüe del olvido y nos perdemos de algo en verdad valioso.
Cuando un dato aparezca, preguntémonos el por qué sucede esto. Detrás de una simple cifra puede haber un mundo y una pregunta de pronto da lugar a múltiples respuestas.
Hay datos de todo tipo, pero una buena costumbre es irlos coleccionando, lo mismo que su extensión en explicaciones. Al principio nos parecerá una tarea boba y sin sentido alguno, pero si empezamos por las respuestas a preguntas tales como “¿Por qué el cielo es azul?” o “¿Cómo es que vuela un avión?” “¿Para qué sirve Pi (3.1416)?”. Poco a poco iremos conociendo más y encontrando respuestas que nos van a ser de utilidad como redactores publicitarios.
Datos, datos, datos… ¡Encierran un mundo riquísimo para el que quiera explorar y dan la ocasión de ir de un lado a otro y picotear. “Te paso el dato” es una frase común cuando alguien quiere compartir con nosotros algo útil
Hace mucho tiempo (allá por el 72) aprendí lo que era un copolímero de estireno e isopreno (averígüenlo ustedes ahora) y me sirvió de base para una campaña publicitaria de aceites lubricantes. Un nombre raro, la curiosidad por conocer y el éxito, se juntaron.
Manolo Echegaray.
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