Es decir, tener el necesario entrenamiento para jugar bien. Esforzarse al jugar.
Lenguaje futbolero, pero que puede ser perfectamente aplicado a quienes están, esencialmente, en el área creativa de publicidad o a los que quieren formar parte de ella.
El entrenamiento produce experiencia y esta se necesita tanto como la teoría.
Sí, se puede ser un jugador “libresco”, pero el “hacer” no tiene sustituto.
Aprender y experimentar son las dos columnas básicas que soportan el edificio de nuestra profesión.
Lo aprendido en el Instituto tiene que complementarse necesariamente con su aplicación en el mundo real. Ese que hay que enfrentar todos los días y que va a ir juzgando nuestra idoneidad como profesionales de la publicidad.
Por eso es necesario adquirir experiencia y acostumbrarse a “correr la cancha” y reconocer bien cada milímetro; poder sacarle el jugo, siempre y cada vez más.
Conocimientos y experiencia, es lo que todos los clientes esperan cuando encargan una campaña o un aviso. Es lo que quieren y tú tienes que estar en condiciones de ofrecerlo.
Recuerda que el sudor es un componente esencial del éxito.
Manolo Echegaray.
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