Es una costumbre que se va perdiendo, la mayoría utiliza ahora una computadora que permite escribir y cumple la función de procesador de textos. Antes se usaba la máquina de escribir, pero lo manuscrito solía ser más personal.
Escribir a mano requería saber dibujar, aunque sea un poquito; claro que no como la caligrafía china que requiere una pericia especial.
Sin embargo ahora escribir por lo general se reduce a anotaciones y esto, porque los celulares, las tabletas y otros artilugios electrónicos sustituyen la caligrafía por botones.
Escribir tenía su magia y estaba rodeado de aprendizaje y mejoramiento. “Hacer buena letra” significaba hacer las cosas bien.
En el colegio solían enseñar caligrafía y había cuadernos destinados a los ejercicios que mejorarían la letra paulatinamente. De la escritura dependían lápices, lapiceros (de tinta “mojada” o seca”), plumones, estilógrafos, plumas y otros como borradores.
Hoy prácticamente todo viene hecho y extraño la escritura a mano, la letra dibujada, los tipos que eran fruto de la creatividad artística y el conocimiento de la tipografía.
Parece que ahora las máquinas reemplazan a la creatividad y eso, sinceramente, me da pena.
Manuel Echegaray.
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