A veces se dice “tú que tienes muchas ideas, ¿por qué no me haces un eslogancito, un avisito, o me haces un guioncito para un comercialito de la tele?” Los diminutivos delatan la poca importancia, lo mínimo que se considera a algo tan complejo como la publicidad. A todos nos ha pasado, estoy seguro, que en esto de ser creativo para publicidad, crean que nuestro trabajo es “sencillito”y setrata de poner imaginación nomás. Es cierto, el creativo publicitario TIENE que tener muchas ideas, pero el solo tenerlas no le sirve de nada. Muchas ideas tiene cualquiera, porque TODOS somos creativos, pero de ahí a usar la creatividad para algo tan específico como la publicidad, que requiere conocimientos que suponen, en primer lugar, tener vastos conocimientos de comunicación y luego aplicarlos a una comunicación publicitaria EFICIENTE…, hay una distancia sideral.
Los limeñísimos diminutivos que esconden un desconocimiento total del tema o reducen al mínimo su importancia, son lo usual que se escucha como pedido en esta profesión. A un médico no se le habla de un cancercito que podemos tener, para que diagnostique mientras tomamos un café. Tampoco le pedimos a un arquitecto que nos haga los planitos de nuestra casita en una servilletita. Dirán que una casa o la salud son cosas mayores, mientras lo otro “sólo es publicidad”.
De la publicidad dependen millones (leyeron bien), millones de personas en el mundo, porque no solo son los empleos directos que proporciona, sino todos aquellos que pueden tener una relación con ella; desde el camarógrafo de televisión, hasta el trabajador que supervisa la etiquetadora de champú. Puede parecer exagerado pero no lo es, porque la publicidad, en la vida moderna, es fundamental en la economía de consumo y en otros muchos aspectos donde interviene. Dicen que por la publicidad nos casamos, compramos un carro, nos vestimos de determinada manera y lo hacemos casi todo. La publicidad, a la que estamos permanentemente expuestos, forma parte inextricable de nuestra vida. Es importante y no minúscula. Los diminutivos que tratan de minimizarla y restarle importancia pueden ser “limeñismos” cariñosos, pero en modo alguno la definen.
Tener muchas ideas es ser, como decía mi madre, un “ideático” o un “ideoso”. Un idiota puede tener muchas ideas, incluso algunas grandazas o “ideotas”, pero no es lo que se llama un creativo publicitario.
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