Pasó lo que iba a pasar.
“La Moradita” de Inca Kola, sale del mercado.
Un fracaso más sí importa, sobre todo si detrás está Coca-Cola y la marca peruana de gaseosas por antonomasia: Inca Kola (de propiedad de la gaseosa internacional).
Aquí todo parecía mal planteado a partir de un sabor popular: la cantidad de gas, el nivel de acidez, el sabor evidentemente artificial (a caramelo barato de chicha) y la misma campaña publicitaria.
El error fue de mercadeo y la publicidad, sin algo sólido en ese terreno, solo pudo hacer débiles tanteos.
Recordemos siempre que la publicidad, por exposición que tenga e importancia que le atribuyamos, es únicamente una parte del marketing. Mi especialidad es publicidad y desde que vi lo de “La Moradita” y probé el producto, pensé que había un error de raíz. No quiero tildarme de agorero, porque fueron muchos los que opinaron que así no era la cosa; pero ahora hay uno que abandona el campo.
No es cierto que la publicidad sea el salvador esperado.
La mejor publicidad, no podrá hacer nada por un producto que falla estructuralmente.
Qué pena tener razón.
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