Alguna vez un redactor que trabajaba conmigo y a quien le urgía que hiciera un texto, me respondió “que no estaba en mood”, es decir que no estaba en el estado emocional adecuado para hacer el aviso.
El que redacta publicitariamente, tiene que saber conectar y ponerse en el estado anímico necesario. Escribir es a veces cambiar de piel y manifestar aquello que no es habitual en uno. Para ello se necesita entrenar, haciendo los esfuerzos que sean necesarios para “ponerse en situación”. Poco a poco se irá haciendo más sencillo lo que al principio parece tan difícil.
La mente es poderosa y si se logra de algún modo controlarla, a los primeros que nos sorprenderá será a nosotros mismos. El actor “se mete” en su personaje y lo interpreta de maravilla, mientras lo necesite hará que dure esa “magia”. Nuestra responsabilidad es similar, porque debemos transmitir a través de la comunicación publicitaria, en un comercial, en un aviso o en una pieza dada, lo que convencerá a la audiencia. Lo que hará que sea creíble.
Se habla mucho de lo emocional en publicidad, de su potencia e importancia, pero nada será efectivo si quien crea no está o se pone en el “mood” adecuado. Lo digo por experiencia propia y porque sé lo que cuesta conseguirlo a veces, es que escribo esto.
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