El Product Placement o emplazamiento publicitario, es una técnica publicitaria que consiste en integrar un producto, marca o mensaje dentro de la narrativa de una película, serie o programa de tv. ¿Quién no ha visto alguna marca en alguna película? No, no es intencional para que la película se vea más realista. Esta técnica se popularizó en la década de los 80 y en la actualidad la mayoría de las películas recurren a ella. Aquí algunos ejemplos de product placement en el cine, para poder entender mejor este fenómeno publicitario tan presente dentro de la industria cinematográfica.
STARBUCKS
Uno de los casos más llamativos de product placement es el de Starbucks. La compañía de café más grande del mundo ha aparecido en numerosas películas, como Austin Powers: la espía que me achuchó (1999), La boda de mi novia (2008) o Tienes un e-mail (1998). Precisamente en esta última, la marca tenía un papel clave ya que los personajes de Tom Hanks y Meg Ryan siempre aparecían en un establecimiento Starbucks y caían rendidos al placer de su café. En Austin Powers, el Doctor Maligno tiene su base de operaciones en un Starbucks. Por no olvidar la aparición de la cadena en las series de tv, en concreto en Sexo en Nueva York, donde una glamourosa Carrie Bradshaw disfruta bebiendo café Starbucks. En resumen, podemos afirmar que el cine ha conseguido que beber café de Starbucks sea sinónimo de glamour y estilo.
Otro ejemplo de product placement de Starbucks, aparece en Yo soy Sam (2001), pero aquí de una forma mucho más directa. El protagonista, Sam, trabaja en un establecimiento Starbucks. Pese a sufrir una discapacidad mental, la empresa lo contrata para trabajar, transmitiendo solidaridad y una buena imagen.
Sin embargo, todo esto se queda corto con lo que esta por venir. Esta semana conocíamos la noticia del nuevo proyecto dirigido por Gus Van Sant y protagonizado por Tom Hanks, con la película How Starbucks saved my life, que trasladará a la gran pantalla las memorias de Michael Gates Gill, un hombre que en apenas diez años pasó de ejecutivo en una agencia de publicidad a camarero en una de las cafeterías Starbucks.
YO ROBOT
No siempre el uso de product placement puede beneficiar a una marca o un filme. El ejemplo más claro es Yo Robot (2004). Su excesivo product placement fue criticado por gente que opinaba que en vez de una película parecía un gran anuncio de varias marcas, como Audi o Converse. Si nos fijamos, el coche de Will Smith es un modelo futurista de Audi y en un tramo de la película habla de sus zapatillas vintage Converse.
LA ISLA
La isla (2006), dirigida por Michael Bay y protagonizada por Ewan McGregor y Scarlett Johansson, es otro ejemplo de un uso excesivo de product placement. En el futuro que se nos presenta podemos ver marcas de todo tipo: Puma, Speedo, Xbox, Aquafina, etc. Sin embargo, uno de los momentos más llamativos es la escena de Scarlett Johansson descubriendo un cartel de Calvin Klein en la calle donde ella misma es la modelo protagonista.
TRANSFORMERS
El director Michael Bay parece ser un aficionado al product placement, ya que en Transformes (2008), también encontramos varios ejemplos, en concreto de marcas de coches. Una curiosidad es que el estudio firmó un acuerdo de 3 millones de dólares con General Motors por el que los vehículos que se transformarían en la pantalla en robots gigantes debían ser del fabricante de automóviles.
MINORITY REPORT
La película de Steven Spielberg, Minority Report (2002), nos presenta un mundo futurista en el que las grandes marcas se adaptan a cada persona mediante escáneres oculares. Los anuncios no se presentan en carteles, páginas de periódicos o pantallas de televisión (mucho aquí tiene que ver la comunicación audiovisual). Literalmente saltan a la vista en forma holográfica.
Caminar en público es, literalmente, un asalto de imágenes publicitarias, prácticamente un infierno con todo el bombardeo de anuncios. En la película, Tom Cruise escapa de los agentes de polícia Pre-Crimen, y en su huida atraviesa un centro comercial. Aparecen marcas como Gap, Lexus (también aparece en la escena de la fábrica), Bvlgari o Nokia. Estas marcas lanzan anuncios personalizados al personaje de Tom Cruise.
JAMES BOND
Las películas de James Bond se han caracterizado por la aparición de una gran cantidad de marcas, principalmente de automóviles. Desde las primeras películas de Sean Connery, el uso de product placement se convirtió en algo habitual en la saga. Coches Aston Martin, Ford, BMW, Citroen, Lotus o Chrysler han sido conducidos por el agente 007.
En las últimas películas de Daniel Craig, el product placement y las campañas de marketing han sido especialmente llamativas. Muchos recordaréis la última y agresiva campaña de Heineken con Skyfall (2012). En Casino Royale (2006) también aparecen algunos ejemplos de product placement. Daniel Craig usa un móvil Sony Ericsson, un portátil VAIO y ve la tv en una Sony BRAVIA.
Podríamos seguir nombrando infinidad de películas en las cuales se hace product placement. Ten en cuenta la próxima vez que veas alguna marca conocida en alguna película, no es capricho del director poner una marca tan solo por hacer más vistosa la película si no por algún motivo comercial.
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