Muchas veces creemos que TODO EL MUNDO ve lo que nosotros, porque es obvio, se entiende.
Tremendo ERROR. Uno en el que es muy fácil caer, especialmente si NOSOTROS no nos damos cuenta que MUCHA GENTE no piensa lo mismo: lo obvio, lo “lógico”, lo “normal”, no suele serlo. Y lo que pasa es que no nos hacemos las preguntas correctas ni estamos acostumbrados a ponernos en los zapatos de otro; de esos “otros” que son nuestro público objetivo en determinado caso y que lo más probable es que piensen y opinen de modo diferente al nuestro.
Tendemos a generalizar y a pensar que los demás son exactamente iguales a nosotros, sienten lo mismo y actúan de idéntica manera. Tendemos a equivocarnos pues y eso es fatal para la publicidad. Los errores se pagan y caro: con pérdidas cuantiosas de dinero, con desaparición de marcas en el mercado y en algunos casos con la pérdida del propio trabajo y el desprestigio personal que esto trae.
No podemos darnos el lujo de equivocarnos y es por eso que a TODOS nos conviene saber cómo piensan “esos otros”. Cuán distintos son y como difieren de nosotros; de mí, puntualizando.
Es lo más trillado decir que se conoce al consumidor, se lo representa y se habla su lenguaje. Se dice, pero en el fondo no es verdad.
¿Hemos investigado? ¿Nos interesa?: deberíamos, sería lo correcto. NECESITAMOS tener información que nos servirá para ACERTAR; para que nuestro trabajo tenga sentido y ÉXITO.
PENSAR DISTINTO pero no por hacerlo, sino con una base informada que diferencia a los que “juegan a la publicidad” de los profesionales verdaderos.
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