La bulla impide escuchar bien, no deja entender y distorsiona todo. La bulla es la es el sonido cacofónico que puede ensordecer. Y lo que a veces uno no se da cuenta en publicidad es que en vez de comunicar está haciendo bulla y colaborando a que esta invada los espacios que deberían estar destinados a un entendimiento coherente.
Bulla es decir cosas sin orden ni concierto, poner músicas que no vienen al caso, hablar a toda velocidad o gritando.
Hacer bulla es creer que porque se es estridente, lo entenderán mejor.
Lo que pasa es que a veces la bulla reemplaza a la falta de ideas, asoma en lugar de conceptos y produce alharaca donde debía haber razones. La bulla es el recurso del inepto, del que no sabe qué decir y dice cualquier cosa. La bulla puede ser auditiva o visual; el abigarramiento y los colores chillones son efectivamente bulla que nos distrae, bulla que no deja razonar tranquilamente.
La bulla, y con esto termino, es la gran enemiga de la publicidad y es una paradoja que ella, a veces la produzca.
Manolo Echegaray.
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