¿En tu trabajo te va como al fútbol peruano, es decir, mal?
De pronto son similares las razones…
Posiblemente no entrenas lo suficiente y te conformas con aplicar lo que aprendiste y una vez te dio resultados.
Tal vez estás enfocado en cuánto ganas o vas a ganar, en lugar de estarlo en lo que haces.
¿No será que te “crees” y no hay nada que haga que pises tierra y te des cuenta de lo que está pasando contigo?
¿No será que piensas que otros tienen la culpa y les echas la pelota a tus compañeros?
Puede suceder también que nada te motive a esforzarte más y te quedes conforme…
Si antes eras un jugador brillante y ahora la opacidad es tu característica, es tiempo de revisarlo todo, porque si no están contentos contigo y tú tampoco y tienes la oportunidad de corregir lo malo, hazlo de inmediato.
Es muy triste jugar con tribunas vacías; calentar siempre la banca de suplentes, sabiendo que no te elegirán.
Cuando los comentarios negativos sobre lo que haces te apabullen, únicamente tú puedes demostrar que sí puedes hacerlo bien; que el cambio positivo es una realidad.
El fútbol peruano está mal por múltiples razones, pero una sola las puede resumir: está así porque quiere. Lo demás son excusas. Sería mejor que no las dieras cuando se trate de trabajo. Ni tú mismo las podrías creer.
Manolo Echegaray.
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