Uno de los principales problemas de las grandes agencias es la falta de conocimiento del trabajo de los distintos departamentos. Si preguntáramos dentro de la agencia que hace un creativo, parece que la respuesta es más o menos clara, pero imaginemos que preguntamos a un creativo que hace un planificador de medios o un planner estratégico; la respuesta probablemente no sería tan concisa. Más interesante aun seria si preguntáramos cual es el papel de un ejecutivo de cuentas. ¿Qué hace un ejecutivo de cuentas? ¿Presupuestos? ¿Llamar al cliente?
La realidad es que el ejecutivo de cuentas es una figura clave en la consecución de las campañas. Tiene que hacer que la relación con el cliente sea de confianza o todo lo contrario, que los creativos y demás involucrados en la cuenta le pongan ganas e ilusión o que la vean como una obligación más, que los briefings sean inspirados y bien enfocados. Además deben velar por que todos los procesos internos de producción, facturación y coordinación funcionen correctamente y en los complicados plazos con los que se trabaja en este sector. En definitiva, una buena campaña suele tener detrás un ejecutivo con talento y que disfruta de su trabajo.
El ejecutivo de cuentas debe liderar la integración entre todos los departamentos de la agencia. Para poder realizar esta tarea de manera eficaz, no puede limitarse a derivar los trabajos a los distintos especialistas, sino ser un “pequeño especialista” en todas las áreas y un gran estratega global. Debe conocer las herramientas básicas de una acción de marketing directo o saber si es oportuno o no realizar una campaña interactiva. Para poder llevar esta labor satisfactoriamente debe estar continuamente estudiando, reciclándose, leyendo periódicos y revistas especializadas en el medio y conocer las últimas tendencias en comunicación.
Y es que el ejecutivo de cuentas esta en todo, literalmente. Es el nexo no solo entre la agencia y el cliente, sino entre los distintos departamentos de la agencia. Y como es el último responsable del trabajo, tanto si algo sale mal como bien, la responsabilidad es suya. Es por esto que un buen ejecutivo de cuentas debe reunir una seria de cualidades muy definidas, y sin las cuales; no podría disfrutar con su trabajo.
- Admitir errores: Es sin duda lo más importante. El cliente valora muchísimo la sinceridad. Aprender a explicar por qué se ha cometido un error y pedir disculpas en el momento adecuado es el favor que marca una relación duradera con el cliente.
- Capacidad de síntesis y análisis: En su día a día, los clientes hacen el papel de psicólogos. El de cuentas tiene que interpretar no solo lo que el cliente está pidiendo, sino lo que de verdad quiere decir con sus palabras.
- Ser empáticos: La empatía es como nuestra sombra en el trabajo: ser empáticos con los clientes, con nuestros compañeros, con los proveedores, y es que si no lo fueran, vivirían realmente estresados.
- Entender de todo: Este es otro punto muy importante y que se consigue con la práctica. Un cliente debe entender de todo, principalmente para saber venderlo: si un cliente tiene una duda y no eres capaz de resolverla en el momento, andas mal; además, si no conoces a fondo tus servicios no podrás asesorarle sobre qué es lo que realmente necesita su empresa.
- La sonrisa como carta de presentación y escuchar como si fuese la última vez. Cuando un cliente está frente a ti, tú eres la imagen de la empresa. Escuchar atentamente y responder siempre de manera resolutiva es fundamental para que la cita acabe como se desea.
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